El juego, un pasatiempo que hoy se extiende por continentes y culturas, tiene raíces profundamente arraigadas en los anales de la historia. El atractivo del azar, de arriesgar algo con la esperanza de ganar más, es tan antiguo como la propia humanidad. Este viaje en el tiempo revela cómo comenzaron y evolucionaron los juegos de azar.
Se dice que los humanos siempre han sido tomadores de riesgos. Desde las civilizaciones antiguas, ha habido indicios de actividades de juego. Se han descubierto dados hechos con huesos en sitios arqueológicos que datan de miles de años atrás, lo que da crédito a la idea de que los primeros humanos participaban en juegos de azar mucho antes de que comenzara la historia escrita. Mesopotamia, a menudo anunciada como la cuna de la civilización, ha proporcionado algunas de las pruebas más antiguas de la existencia de juegos de azar.
Además, la historia china habla de juegos de azar jugados con fichas en el año 2300 a.C. Curiosamente, la base de muchos juegos modernos se remonta a estas civilizaciones antiguas, lo que demuestra que, aunque los tiempos cambian, la inclinación humana por el riesgo y la recompensa sigue siendo una constante.
En el Antiguo Egipto, los juegos de azar estaban muy extendidos, siendo especialmente populares los juegos de dados. Sin embargo, no se trataba sólo de diversión; muchos creían que estos juegos eran un medio para predecir el futuro. Por otro lado, los antiguos griegos tenían un claro amor por los juegos de azar, y los juegos de dados se mencionan en algunas de las grandes epopeyas como la «Ilíada».
Roma no se quedó atrás. Los romanos, siempre interesados en adoptar y adaptarse de otras culturas, desarrollaron una afición por los juegos de dados. Los soldados romanos solían jugar con objetos parecidos a dados, lo que posiblemente conduzca al origen de muchos juegos de casino modernos.
Cuando los colonos europeos viajaron al Nuevo Mundo, trajeron consigo su amor por los juegos de azar. América vio la introducción de muchos juegos de Europa y también la innovación de otros nuevos. Las carreras de caballos, en particular, ganaron una inmensa popularidad y sentaron las bases de la industria del juego moderna en los EE. UU.
En el siglo XIX, el juego se había convertido en una parte integral de la cultura estadounidense. Lugares como Nueva Orleans se convirtieron en centros de actividades de juego y el río Mississippi se convirtió en sinónimo de juegos de cartas que se jugaban en barcos fluviales. La era de la fiebre del oro impulsó aún más el juego a un primer plano, y San Francisco emergió como una importante ciudad de juego.
El siglo XX anunció la era de los casinos. Con el establecimiento de lugares como Las Vegas y Atlantic City, los juegos de azar adquirieron un barniz glamoroso. Estas ciudades se convirtieron en sinónimo de mucho en juego, ostentación y emoción. Las máquinas tragamonedas, el blackjack, el póquer y la ruleta se convirtieron en símbolos de la cultura del juego moderna.
Hoy en día, la llegada de Internet ha vuelto a revolucionar la industria. Los casinos en línea ofrecen la emoción de apostar desde la comodidad de su hogar, lo que marca la última evolución en la antigua historia de amor de la humanidad por los juegos de azar.